Desde que nuestro país, miembro del selecto club de la UE , se subió al tren de los cambios monetarios y comenzamos a abandonar las pesetas “rubias” por los novedosos euros echo mis cuentas en la moneda de curso corriente, y me peleo con una hermana, que cada vez que compra una pieza de ropa, se empeña en hacer cálculos para saber cuántas pesetas cuesta.
Para convencerla le repito una y otra vez: Si la pensión te la pagan en €, sólo tienes que calcular si puedes permitirte esa compra. Pero fracaso una y otra vez. Ella, sigue haciendo el cambio. Le da seguridad
Esta mañana fui yo la que hizo lo mismo.
No se trataba de comprarlas, ya había llenado mi carrito de la compra, volvía a la caja para pagar, y no pude resistirme, ni a la foto ni a la conversión de la moneda.
Últimamente, siento la curiosidad de leer las etiquetas, me interesa comprobar el punto de origen de la producción – cuando se trata de productos agrícolas – o de extracción – cuando se trata de pescado.
Esta mañana, la etiqueta de las judías verdes me indicaba su procedencia marroquí.
Recuerdo aquél artículo de prensa económica que contaba cómo varios empresarios españoles habían comprado grandes extensiones de terreno en el Sahara.
Así que me pareció buena idea la de que algunos empresarios españoles trasladen su actividad a otro continente que necesita de inversores que generen puestos de trabajo en países africanos. La mano de obra local facilita la competencia en precios y la producción económica de alimentos.
Todo mi razonamiento de entonces se puso en cuestión esta mañana: En una cadena de supermercados se venden las judías verdes, de procedencia africana a 3.95 € el kilo. ¡¡¡A 630 pesetas el kilo!!!
Yo acostumbro a consumir productos de temporada. No es tiempo para comprar las judías producidas en España, lo sé. Pero los últimos veranos, en las cadenas de supermercados de la zona del Baixo Miño, la mayor parte de las judías verdes que se podían comprar procedían de Marruecos.
Una, tiene en el recuerdo las buenísimas judías de O Rosal que se vendían en la Plaza de Abastos de A Guarda.
En algunos supermercados, el rincón de frutas y verduras, a juzgar por los precios, podrían poner el siguiente letrero:”Rincón del Obrero Gourmet”.
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