Reportajes

jueves, 23 de diciembre de 2010

A Belen pastores



Carmen recorre el camino. Va sola, porque los otros 27.000 están en otras partes, a sus labores.

Ella lo anda y desanda porque tiene una niña.

Y su niña necesita un milagro.

La niña de Carmen tiene un problema. La necesita todo el tiempo.

Por eso, Carmen va y viene, anda y desanda el camino, porque ha de volver pronto, a darle la comida a su niña. Y también a lavarla, peinarla y cantarle.

Carmen ya anduvo el camino muchas veces.
Llevó a su niña al médico para que la clasificasen.
Volvió a andar el camino para buscar los papeles.
Su hija ya está clasificada: G. D.

Hay que ir más lejos.
Y Carmen anda de nuevo el camino.
Hasta la capital de la costa del azahar.
Carmen solicita la ayuda a la que su hija tiene derecho.
La hija de Carmen tiene 18 años. Es una G. D.
Como los otros 27.000

Andando el camino, Carmen contempla los modernos edificios construidos en la antigua cuenca del Júcar.

Y, a Carmen le parece bien.


Pasan muchos meses y Carmen no consigue que apliquen a su hija los derechos reconocidos.



Carmen anda y desanda el camino muchas veces más. Entretanto hace memoria de las horas empleadas en los viajes, los kilómetros recorridos…se acuerda incluso de aquél día que tuvo que dar un rodeo a la ciudad…En Valencia estaba el Papa.

Posteriormente, Carmen siguió esa noticia por la prensa.

Vio las fotos de los dirigentes políticos.
Sonreían. Parecían felices y elegantes con sus trajes.

Leyó las opiniones sobre lo que había costado a la Generalitat esa visita.

Y, a Carmen le parece bien.



Cuida de su hija. Porque no habla, no anda, no se vale por sí sola. Necesita todo su tiempo, toda su dedicación.

Carmen sabe que tiene derecho a 487 € mensuales. No entiende por qué no los recibe.
Ya no se trata de andar y desandar el camino.

Han pasado 2 años desde que su hija fue clasificada como Gran Dependiente.

Pero la gente de la Generalitat está muy ocupada. Ahora tienen que organizar el circuito de Fórmula 1 y apenas tienen tiempo para ocuparse de cosas menores que no salen en la prensa…

Entonces Carmen cae en la cuenta.

 Tiene que sacar al aire lo que pasa con su hija, lo que pasa con ella, lo que pasa con los otros 27.000 Grandes Dependientes en Valencia.

Haciendo un gran esfuerzo, los dirigentes políticos le dedicaron unos minutos y la llamaron.
Le prometieron que, por fin,  se haría el milagro. Ellos saben mucho de eso.

Carmen pensó que el milagro lo hacían las ondas, que llevaban sus palabras más allá de la puerta de su casa, más allá de los límites de su pueblo, Orihuela, más allá de Valencia…

…/…donde vivo yo y sigo su historia.

Han pasado dos meses, desde que los dirigentes llamaron a Carmen tras su intervención en la radio para prometerle que ejecutarían la orden para que al hogar de Carmen llegasen los 487 € al que tiene derecho reconocido dos años atrás.

Carmen ya no cree en los milagros. No es cuestión de dinero. Ve como se invierte y se gasta.

Desde su Orihuela natal, ha vuelto a la radio. Ella sabe que las noticias tienen efímera vida.
Es  por eso que los responsables del maltrato a su familia no temen las voces de los 27.000 Grandes Dependientes.
Saben que en las pantallas de la TV se repetirán una y otra vez sus  discursos institucionales, los adornos luminosos de las calles, sus bromas tocando la zambomba y las visitas a los Belenes…

A  Belén pastores…

No puedo decir aquello de:”el más mínimo parecido con la realidad es pura coincidencia”. Porque los personajes son reales.
Ella se llama Carmen Cutillas. Y su pueblo es Orihuela.

Hace 68 años que desapareció Miguel Hernández




¿Qué escribiría hoy?





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