En los alrededores de Madrid hay muchas poblaciones cuyo topónimo es Torrejón: Torrejón de Ardoz, Torrejón de la Calzada, Torrejón del Rey…
El invierno nos ha dado una tregua. El cielo azul y el sol primaveral me invitan a dar un breve paseo, y aprovecho para acercarme a un pequeño núcleo de población, próximo a Madrid: Torrejón de Velasco.
Su topónimo procede del latín turris (torre) y estaría asociado a la existencia de una torre de vigilancia dentro del sistema defensivo del territorio y del control de la calzada que pondría en comunicación la ciudad de Toledo con Madrid y con Alcalá de Henares y Guadalajara, en esos momentos en que el territorio es zona límite entre los reinos cristianos y musulmanes.
En su actual término municipal existen evidencias de asentamientos visigodos de los siglos VI y VII y musulmanes de la época califal.
La fundación del pueblo de Torrejón de Velasco no está probada hasta el siglo XIII, momento en el que se sitúa la donación de Sancho IV a un tal Sebastián Domingo, quien según la leyenda construyó el castillo y rodeo el pueblo de murallas.
Aunque existen varias hipótesis sobre la construcción parece ser que el primero en mandar ejecutar las obras fuera el obispo de Palencia Gutiérrez Gómez de Toledo, tío del primer Duque de Alba.
Tras numerosas vicisitudes pasó a Pedro Arias Dávila, señor de Puñorrostro. Durante el segundo Conde de Puñorrostro el castillo sufrió el ataque de los comuneros.
A lo largo del siglo XVI fue, como otros castillos de la zona, empleado como prisión de notables de la Corte. En 1775, aún bajo los Condes de Puñorrostro, se instaló en su interior una fábrica de jabones y una hilatura de lana.
Durante la guerra de Independencia sufrió bastantes desperfectos a manos francesas. En 1830 a consecuencia de la desamortización dejó de pertenecer a los Dávila.
Con posterioridad el uso del castillo ha sido, como almacén de maquinaria agrícola y para ganadería. Fue en el siglo XIX, durante la guerra de Independencia, cuando el Castillo sufrió importantes desperfectos a manos de las tropas francesas que lo utilizaron como blanco de sus entrenamientos y maniobras con artillería.
Actualmente es de propiedad particular, de acceso libre, pero con peligro de desprendimientos en el interior. Está rodeado por una valla metálica, pero no impide el acceso al entorno directo al castillo.
Busco la plaza del ayuntamiento. De estilo castellano, con sus soportales de madera vieja.
Y un amante de los coches pasa con su Seat 600 bien cuidadito.
Busco algún otro lugar de interés, que aparece señalizado: El Convento.
Fue, antiguamente, una casa de labranza. Ha sufrido modificaciones a lo largo de su historia. Durante la Guerra de 1.936 sirvió como refugio a los soldados del frente. Cuenta con cuevas subterráneas que comunicaban con las casas más ilustres del pueblo.
Al terminar la guerra una conocida familia de Torrejón de Velasco adquirió la finca y las tierras anexas, para cubrir las necesidades de estas tierras construyeron un molino de aceite particular. Con el paso de los años las caballerizas, porches, economato y vaquerías de las que la finca disponía se van quedando en el recuerdo y la única actividad que prevalece es el molino de aceite. En el año 1999 la adquieren sus actuales propietarios.
Durante cinco años se reformaron todas las instalaciones agrícolas y ganaderas, manteniendo hasta la actualidad la almazara. Dichas instalaciones agrícolas y ganaderas son actualmente los salones para eventos.
Vuelvo al coche. Pienso en la cantidad de lugares con historia que tenemos bien cerca…Y tan desconocidos para la mayoría. Cualquier trocito de nuestra tierra tiene una historia oculta a la vista del viajero, y faltan paneles explicativos, para propios y extraños.
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