Reportajes

viernes, 21 de enero de 2011

Agustiner


Considerada el foco central de la ciudad de Munich desde su fundación en 1158, Marienplatz es una de las atracciones turísticas más visitadas de la capital Baviera.
Llamada también el cuadrado de Maria, Marienplatz fue un lugar donde los agricultores y los comerciantes compraban y vendían sus productos, hasta que en el año 1854 se le dio un nuevo nombre debido a la instalación de una estatua de la Virgen María en el centro.










La plaza se llena de turistas que quieren asistir al “pase” del famoso carillón de la fachada del nuevo ayuntamiento. Este magnífico reloj se pone en marcha a las 11, 12 del mediodía, 17 y 21 horas. El público asiste atento al desfile de las 32 figuras que giran al sonido de las 43 campanas.










Muy cerquita, se encuentra una de tantas cervecerías de la ciudad, en la que degustar un producto típico del país acompañado de un buen codillo.

 Augustiner es una de las marcas de cerveza originarias de la ciudad alemana de Munich más antiguas que existen en la región.


Es toda una tradición en la capital bávara, y no se debe perder la ocasión de degustar esta típica bebida alemana si se tiene la oportunidad de conocer Munich, ya que es realmente exótica y no es para nada sencillo poder adquirir alguna saliendo del estado de Baviera.





Las cervezas que produce la marca Augustiner son producidas de forma artesanal con malta, agua, levadura y lúpulo, sin necesidad de añadirle ningún tipo de aditivos. Por esta razón, para obtener la cerveza ya producida se suele tardar alrededor de cuatro meses.
El resultado es exquisito: una bebida fresca, de enorme sabor que no llega a ser ni amarga ni dulce.
Generalmente dichas bebidas se elaboran al mejor estilo tradicional del estado de Baviera.
En la ciudad de Munich, la cerveza Augustiner es una de las más valoradas no sólo por su sabor sino por su incomparable calidad. Asimismo, es importante destacar que esta cerveza no se exporta, por lo que es realmente difícil dar con ella en algún sitio que no sea la región de Baviera, especialmente en Munich.
Por eso es recomendable que si se viaja a dicha ciudad, se tome el tiempo suficiente para sentarse en los típicos Biergärten a degustar una Augustiner que será, sin lugar a dudas, toda una experiencia para el paladar.No por nada el puesto de la cerveza
Augustiner es el más concurrido y respetado del festival Oktoberfest.


Joseph Ratzinger, ejerciendo de arzobispo de Munich consumía esta cerveza. En la actualidad recibe en el Vaticano la cerveza que le envían desde la ciudad de Munich.

Yo, muy poco cervecera y de cultura vitivinícola, puedo dar fe de que merece la pena darse una vueltecita para conocer la ciudad y tomar una Agustiner.
Iré contando alguna cosita más de la ciudad y entretanto, a vuestra salud.


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